NOVELA.- El romanticismo y la idealización del estándar del buen hombre, son elementos constantes en la narración de Ignacio M. Altamirano. Por un lado el militar que narra la historia se ubica a sí mismo en el contexto como un insufrible caballero que por azares del destino es alcanzado por la mayor de las celebraciones cristianas en medio de alguna montaña. La navidad se aproxima y en el camino se encuentra con un sacerdote que representa las virtudes propias de un religioso con vocación de servicio, mismo que le invita a pasar dichas festividades en la aldea en la que funge como líder moral y religioso.
La historia de amor que ahí se desarrolla puede resultar melosa y exaltada en su emotividad si el lector está acostumbrado a narraciones dinámicas y cargadas de emociones fuertes. Pese a que los detractores del romanticismo en exceso podríamos no ser partidarios de este estilo, la obra presenta gran ligereza y sin lugar a dudas es un clásico de la literatura mexicana. Ignacio M. Altamirano, el mexicano que nos lleva a imaginar los pormenores del amor entre dos jóvenes de circunstancias distintas, un amor negado de origen y añorado al final.